Mecanismos de defensa constitutivos
Los mecanismos de defensa constitutivos son aquellos que están presentes en la planta de forma permanente, independientemente de si hay o no una amenaza. Estos incluyen barreras físicas y químicas que dificultan el acceso o la digestión de los tejidos vegetales por parte de los animales. Algunas de estas barreras son:
- Paredes celulares y cutícula: La pared celular es una capa rígida que rodea a las células vegetales y les da forma y resistencia. Está compuesta principalmente por celulosa, hemicelulosa y lignina, que son compuestos químicos difíciles de digerir por los herbívoros. La cutícula es una capa cerosa que recubre la superficie de las hojas y otras partes aéreas de la planta, y que impide la pérdida de agua y la entrada de patógenos que puedan provocar enfermedades.
- Corteza: La corteza es la capa externa del tallo y las raíces de las plantas leñosas, formada por tejido muerto y lignificado. Protege a la planta del daño físico, secarse o infectarse.
- Espinas: Las espinas son ramas modificadas que tienen forma puntiaguda y que sirven para mantener alejados a los herbívoros y evitar que muerdan la planta. Algunos ejemplos de plantas con espinas son las acacias, los cactus y las rosas.
- Mal sabor: Muchas plantas producen sustancias químicas que les dan un sabor amargo, picante o desagradable a sus hojas, flores o frutos, lo que los hace menos sabrosos para los animales. Estas sustancias pueden ser taninos, alcaloides, glucósidos cianogénicos o terpenos, entre otros.
Mecanismos de defensa inducidos
Los mecanismos de defensa inducidos son aquellos que se activan solo cuando la planta detecta una señal de estrés o daño, como el contacto con un herbívoro o un patógeno. Estos implican cambios fisiológicos, bioquímicos o estructurales que aumentan la resistencia o la tolerancia de la planta frente al ataque. Algunos ejemplos son:
- Defensas químicas: Además de las sustancias químicas constitutivas (como las que provocan el mal sabor), las plantas pueden producir otras en respuesta a una amenaza, como fitoalexinas, fitohormonas o proteínas antimicrobianas. Estas sustancias pueden tener efectos tóxicos, inhibidores o repelentes sobre los herbívoros o los patógenos, o bien pueden regular el sistema inmunitario de la planta.
- Plantas carnívoras: Las plantas carnívoras son aquellas que complementan su nutrición con el consumo de insectos u otros pequeños animales. Para ello, tienen hojas modificadas que actúan como trampas, con formas de jarra, urna, pinza o pegajosas. Estas trampas atraen a las presas con colores llamativos, aromas o néctar, y luego las capturan, digieren y absorben sus nutrientes. Además, esta característica también es una medida de defensa eficaz ante posibles ataques de sus propias presas.
Datos interesantes
Algunos datos curiosos sobre los mecanismos de defensa de las plantas son:
- Algunas plantas pueden comunicarse entre sí mediante señales químicas que liberan al aire cuando son atacadas. Estas señales alertan a otras plantas cercanas para que activen sus defensas inducidas o atraen a depredadores naturales de los herbívoros.
- Hay plantas que pueden reconocer el tipo de herbívoro que las ataca por el patrón de mordedura o por las sustancias que este deja en la saliva. Así, pueden ajustar su respuesta defensiva de una mejor forma.
- Ciertas plantas pueden cerrar sus estomas (poros que regulan el intercambio de gases) para evitar la entrada de patógenos o la pérdida de agua. Otras pueden iniciar una respuesta que provoca que las células alrededor del sitio de infección mueran rápidamente y así evitar que los patógenos se extiendan.
En conclusión, las plantas tienen una gran variedad de mecanismos de defensa que les permiten adaptarse y sobrevivir en un ambiente hostil. Estos mecanismos pueden ser constitutivos o inducidos, y pueden implicar barreras físicas o químicas, o cambios fisiológicos o estructurales.