En este artículo aprenderemos cómo medir el pulso y la respiración y veremos cómo cambian cuando estamos relajados y hacemos ejercicio.
Medir el ritmo cardíaco es una de las habilidades más útiles que toda persona debería conocer. Aquí aprenderás a cómo y dónde encontrarlo, cómo contar latidos y también aprenderás por qué cambian la frecuencia del corazón y los pulmones según la actividad que estemos realizando. Un divertido experimento que te pondrá en movimiento y te explicará cómo funciona parte del sistema circulatorio y del respiratorio.
Las mejores zonas donde encontrar el pulso son en la arteria radial y en la arteria carótida:
El corazón bombea sangre a todo el cuerpo. La sangre tiene varias funciones, entre ellas transportar oxígeno. El pulso es el resultado de los latidos del corazón. Cada vez que el corazón se contrae y bombea sangre en el cuerpo, se siente en forma de aumento de la presión de la sangre en todo el cuerpo. Cuanto más a menudo late el corazón, más sangre pasa por el cuerpo cada minuto.
El aumento de la frecuencia cardíaca se debe a que la sangre necesita transportar más oxígeno a las células musculares, así como transportar más dióxido de carbono fuera de las células musculares. Las células musculares necesitan oxígeno para descomponer las moléculas de glucosa y liberar la energía que contienen. Y en este proceso se forma dióxido de carbono como subproducto, que es tóxico para el músculo si se acumula en cantidades excesivas.
El oxígeno se transporta en la sangre unido a los glóbulos rojos, que son células muy pequeñas y especializadas. El dióxido de carbono también se transporta en cierta medida unido a los glóbulos rojos, pero principalmente en el agua que contiene la sangre de forma parecida a las bebidas con gas como los refrescos.