Desde los primeros filósofos a los últimos elementos
Para muchos, la Tabla Periódica es el símbolo que representa a la Química. Es una forma de mostrar todos los elementos conocidos del universo juntos en una sola tabla que permite su fácil lectura.
La tabla también presenta muchos patrones. Todos los elementos parecen encajar y conectarse para formar una tabla legible y, a su vez, presentar los cimientos de la química.
La idea de que la materia está formada por unos componentes básicos nació en el año 300 a.C. El filósofo griego Aristóteles tuvo la idea de que todo lo físico estaba formado por esos componentes.
En la antigüedad, elementos como el oro y la plata eran fácilmente identificables, sin embargo, pensaba que el mundo estaba formado sólo por cuatro: la Tierra, el Agua, el Fuego y el Aire.
La tabla periódica moderna nos permite distribuir y clasificar los elementos por sus propiedades. Varios científicos trabajaron durante casi un siglo para reunir los elementos en este formato.
El alquimista aficionado alemán Hennig Brand intentaba lograr crear la famosa piedra filosofal, un objeto que se creía que era capaz de transformar los metales en oro. Cuando puso a calentar los residuos de orina hervida obtuvo un líquido que ardió. Ésta fue la primera vez que se descubre el fósforo.
Robert Boyle descubre también el fósforo, sin embargo, el hace público su descubrimiento.
Se descubrieron al menos 47 elementos, y los científicos empezaron a ver patrones en las características.
El químico inglés John Newlands dividió los 56 elementos entonces descubiertos en 11 grupos, basándose en sus características.
El químico ruso Dmitri Mendeléyev inició el desarrollo de la tabla periódica, ordenando los elementos químicos según su masa atómica. Predijo el descubrimiento de otros elementos y dejó espacios libres en su tabla periódica para ellos.
El físico francés Antoine Bequerel descubrió la radiactividad. Ernest Rutherford, estudiante neozelandés de Thomson, dio nombre a tres tipos de radiación: rayos alfa, beta y gamma. Marie y Pierre Curie empezaron a trabajar en la radiación del uranio y el torio, y posteriormente descubrieron el radio y el polonio. Descubrieron que las partículas beta tenían carga negativa.
Sir William Ramsay y Lord Rayleigh descubrieron los gases nobles, que se añadieron a la tabla periódica como grupo 0.
El físico inglés J. J. Thomson descubrió por primera vez los electrones, pequeñas partículas con carga negativa en un átomo. John Townsend y Robert Millikan lograron especificar exactamente su masa y carga.
Bequerel descubre que los electrones y las partículas beta de las que hablaban los Curie son la misma cosa.
Rutherford descubre que la radiactividad es producto de la descomposición de los átomos.
Rutherford y el físico alemán Hans Geiger descubren que los electrones orbitan alrededor del núcleo del átomo.
Bohr descubrió que los electrones se mueven alrededor del núcleo en energías discretas llamadas orbitales. Al pasar de un orbital a otro emiten radiación.
Rutherford identificó por primera vez los protones en el núcleo atómico. También transmutó por primera vez un átomo de nitrógeno en un átomo de oxígeno. El físico inglés Henry Moseley proporcionó los números atómicos, basados en el número de electrones de un átomo, en lugar de basarse en la masa atómica.
Aunque Frederick Soddy y Francis William Aston ya hablaban años antes de “isótopos” no fue hasta que Aston inventó el espectrómetro de masas que pudo demostrar su teoría sobre su existencia. Descubrió 217 de los isótopos de la tabla.
James Chadwick descubre los neutrones. Ese mismo año, el inglés Cockroft y el irlandés Walton dividen por primera vez un átomo bombardeando litio en un acelerador de partículas y transformándolo en dos núcleos de helio.
Glenn Seaborg logra identificar los lantánidos y los actínidos (elementos con número atómico >92) que en su mayoría se encuentran en la parte baja de la tabla.
Se añaden cuatro nuevos elementos a la tabla periódica, del 113 al 118.