Una fuerza que puede unir cosas sin pegamento
La fricción es algo de lo que oímos hablar mucho y que parece que sólo sirve para molestar. Oímos hablar de la fricción del aire que hace más lentos a coches y aviones o aquella que nos provoca dolorosas rozaduras en la piel. Sin embargo, es una fuerza fundamental que podemos usar a nuestro favor. Con este experimento podremos ver un ejemplo.
Asegúrate de que superpones las páginas una a una y se intercalan suficientes páginas. También puedes aumentar el área de contacto de los dos cuadernos.
Cuando las dos páginas están intercaladas, al intentar separarlas se genera fricción entre ellas. Una fuerza de fricción pequeña se amplifica por el gran número de páginas en contacto.
Si dos libros intercalados generan una fuerza superior a la fricción máxima que pueden generar, los dos libros se separarán. Pero ese no es el caso en este experimento en el que el peso del libro no puede separarlos.
La fricción es una fuerza que se opone al movimiento entre dos superficies que están en contacto. Imagina que estás deslizando un libro sobre una mesa. La fricción actúa entre las páginas del libro y la superficie de la mesa. Cuanto más áspera sea la superficie o más fuerte presiones el libro contra la mesa, mayor será la fricción.
En términos sencillos, la fricción es como una especie de “pegamento invisible” que dificulta que las cosas se deslicen fácilmente. Es lo que hace que puedas caminar sin resbalar en el suelo o que puedas sostener un objeto sin que se te escape de las manos.
En el caso de los libros entrelazados, cuando los colocas uno encima del otro y los intentas separar, las páginas se rozan entre sí. Esa fricción es lo que mantiene los libros unidos. Así que, en resumen, la fricción es esa fuerza que aparece cuando dos cosas se frotan entre sí.
Fuente: ⚓ Ronyestech.com