Fue una bioquímica española conocida por su descubrimiento sobre la enzima ADN polimerasa, cuyo papel ha sido imprescindible para el desarrollo de la genética. Ha sido una auténtica pionera en el estudio de los virus y la investigadora más importante de España.
Margarita Salas Fargueras nació en Canero, Asturias, el 30 de noviembre de 1.938. Se crió en un hogar donde la ciencia siempre estuvo presente. Su madre era profesora y su padre médico, y siempre enseñaron a sus hijos a amar a la ciencia.
Tuvo dos hermanos que también fueron científicos. Al contrario de lo que era normal en la época, sus padres no sólo enviaron a su hermano a estudiar en la universidad, sino que creyeron que sus dos hijas debían tener la misma oportunidad.
Con dieciséis años viaja a Madrid para poder acceder a la Facultad de Químicas. En 1.958 conoció al premio Nobel Severo Ochoa que influyó profundamente en el rumbo que tomaría su carrera como investigadora y bioquímica (el estudio de la química relacionada con los seres vivos).
Tras terminar su graduado en Química realiza su tesis doctoral bajo la guía de Alberto Sols, otra de las personas más importantes de España en Bioquímica, quien al principio no la veía con buenos ojos.
Cuando termina, Severo Ochoa le ofrece ir a trabajar a Nueva York en Estados unidos junto con su marido. Allí trabaja durante 3 años y consiguen dinero para continuar con su investigación en España.
A su vuelta en 1.967 introducen en nuestro país por primera vez la Biología molecular, una rama de la bioquímica encargada de estudiar el comportamiento de las sustancias químicas presentes en los seres vivos.
A lo largo de su vida, Salas escribe más de 350 publicaciones en revistas y libros científicos. Gracias a su importante papel y su influencia en el mundo científico, ha dado gran cantidad de conferencias. También desarrolla nada menos que ocho patentes a su nombre.
Desde 1.960 Margarita estudia incansablemente al virus phi29. Un virus bacteriófago llamado así porque infecta a bacterias. Este virus sólo tiene 20 genes, algo que a ojos de la investigadora lo convertía en un excelente candidato para ser estudiado.
Ese incansable estudio le llevará a descubrir en la década de los 80, la asombrosa función de una enzima que produce el virus, la ADN polimerasa. Una enzima es una molécula que facilita las reacciones químicas, como por ejemplo las que tiene nuestro estómago para digerir los alimentos.
Con esta enzima en particular, Margarita descubre que la ADN polimerasa del phi29 es capaz de crear millones de copias de ADN (las moléculas donde se guarda la información de lo que somos) partiendo de una cantidad muy pequeña. Este descubrimiento se hará fundamental en el desarrollo general de la genética, pero también en la medicina forense para resolver crímenes a partir de muestras de ADN.
Aunque su logro más importante fue sin duda la función y uso de la enzima, durante su larga carrera científica, hizo otros descubrimientos muy valiosos. Entre ellos, uno de los que más importancia tuvo fue saber dónde empieza a leerse la información de una cadena de ARN, hasta ese momento, el ácido ribonucleico era un completo misterio.
Margarita Salas ha recibido gran cantidad de honores a lo largo de su vida. Perteneció a numerosas sociedades españolas, europeas y estadounidenses.
Recibió el premio de la Unesco a la mejor investigadora en 1.999 y recibió el premio Rey Jaime I de investigación en 1.994. Fue miembro de la Real Academia Española de la lengua desde 2.003, la única científica en conseguirlo hasta el momento.
En reconocimiento a su labor fue nombrada marquesa de Canero, su pueblo natal. Además, fue elegida doctora honoris causa por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Se casa en 1.963 con su marido Eladio Viñuela que fue también un reconocido científico que compartió trabajo con su mujer. Lo conoció en su época con Alberto Sols de quien también era alumno. En 1.964 emigran a Estados Unidos y para que Margarita no tuviera problemas con el reconocimiento por su trabajo, Severo Ochoa los puso en dos grupos separados.
El matrimonio tuvo una hija, Lucía Viñuela. Eladio murió en 1.999. Margarita Salas siguió trabajando durante toda su vida hasta que murió el 7 de noviembre de 2.019 en Madrid.
Ha sido sin duda la científica española más influyente. Debido a la gran cantidad de prejuicios que sufrió por ser mujer, fue una de las grandes defensoras de la presencia femenina en la investigación española.